Seguimos con el artículo en el que Elizabeth Harrin nos ofrece unas pautas de etiqueta para utilizar nuestros aparatos electrónicos en las reuniones, de modo que éstas sean más productivas y con menos interrupciones. Aquí tenéis la segunda parte:
Móviles y Blackberries en las reuniones
- Pon tu teléfono en modo “silencio”. Si hay algún equipo de grabación o de videoconferencia en la sala, apágalo. ¿De verdad no puedes apagarlo? ¿Hasta qué punto eres tan indispensable? Si eres tan importante como para no poder apagar tu móvil durante una hora, entonces tendrás una secretaria que pueda venir a avisarte si el mundo empieza a implosionar. Informa con tiempo a tu plantilla para que sepan que no estarás disponible.
- Si esperas una llamada, házselo saber al resto de asistentes con antelación. A veces ocurre. En ese caso siéntate cerca de la puerta y sal silenciosamente cuando recibas la llamada. No cualquier llamada. Solamente esa llamada que estabas esperando y que es lo bastante importante como para que te excuses y te ausentes un momento de la reunión.
- No dejes que tu Blackberry se ponga a vibrar sobre la mesa. Ya sabes el escándalo que arma. Es mucho más discreto guardarla en tu bolsillo o sobre la silla contigua. Además, ni siquiera deberías estar mirándola.
- Repitamos el último punto: de todos modos no deberías estar mirándola. Los textos o los emails pueden esperar. Es muy irrespetuoso consultar tus mensajes mientras alguien está haciendo una presentación, a no ser que pretendas lanzarle la indirecta de que se está alargando demasiado y su presentación es la más aburrida de la historia.
- Teclear durante una multiconferencia resulta ruidoso para los demás. No lo hagas. O en todo caso ponte unos auriculares: anulan el sonido de las teclas.
OK, ya no hay excusas que valgan. Ahora, ¡a predicar con el ejemplo!
Elizabeth Harrin